PradoRey Crianza 2019 50cl

Notas de Cata:

• Color rojo picota, con intensos matices azulones, capa intensa y brillante.
• En nariz intensidad alta, en donde predomina la fruta roja madura, con sensaciones dulzonas aportadas por su paso por barrica. Fondo mineral, balsámico y complejo
• Sabroso en boca, con taninos redondos y frescor agradable al paladar. Final sabroso, aterciopelado y con gran concentración de fruta.

Elaboración y Crianza:

Para elaborar PradoRey Crianza se selecciona la uva del pago de Valdelayegua, con una altitud media de 815 m, orientación Norte-Sur y suelo de arcillas calcáreas La vendimia se realiza en este pago cuando la uva ha alcanzado su punto óptimo de maduración cuyo rendimiento medio es de 4.000 kg. por hectárea

La variedad principal utilizada es la Tinta Fina en un 95% cuyo clon Quintana, seleccionado a partir de cepas centenarias, da granos más menudos y sueltos y de mayor concentración, que hace de este Crianza un vino autóctono de la Ribera. Se acompaña a esta Tinta Fina de un 3% de Cabernet Sauvignon y un 2% de Merlot.

Fermentación de la uva seleccionada en depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada a 28ºC y un periodo de maceración de 22 días. Transcurrida la fermentación maloláctica el vino reposa durante 1 año en barricas de roble europeo, 100% del Cáucaso, que se completa con una nueva crianza de tres meses en conos de roble francés de Nevers de 20.000 L, que le ayudan a redondear, a la vez que aportan delicados aromas del roble de Nevers. Acabada la crianza oxidativa de la barrica comienza la crianza reductora en botella madurando 24 meses en la misma antes de su salida al mercado.

Curiosidades:

La historia de PradoRey se remonta al año 1503 cuando el conde de Ribadeo vende la finca Real Sitio de Ventosilla a la Reina Isabel la Católica, permanece en la Corona de Castilla hasta 1521, fecha en que Carlos I la dona al II Marqués de Denia.

En 1600 su descendiente el Duque de Lerma comienza la colonización agrícola y ganadera de la finca y se construye el Palacio Real.

La finca permanece en manos de la realeza hasta el siglo XIX, fecha en que pasa a ser propiedad del Duque de Caldas que subarrendó la Finca. A partir de 1921, la propiedad pasa a manos particulares que la convierten en un modelo de explotación agrícola y ganadera.